Nos reagrupamos en la base antes de subir y ahí estaba él, desafiante y a la espera de que no lo pudiesemos coronar, pero no se saldría con la suya ya que a los gallardos no se nos resiste nada.
Ua subida preciosa de 2,5 km por el medio del monte y en mitad de ninguna parte, con rampas de diferente dificultad y dos pequeños llanos que lo agradecieron imensamente nuestras piernas. Despues de coronarlo y recobrar el aliento de vuelta a casa con la seguridad y tranquilidad de haber hecho un buen trabajo, aunque en el último kilometro lo pase algo mal ya que empece a pagar el precio que tiene dormir poco mas de 2 horas y derrotar a nuestro ya amigo MORTIROLO
EL PEÑU
